lunes, 3 de diciembre de 2007

Miserables

Una vez más, la banda terrorista ETA ha actuado. En esta ocasión, no ha sido como ya nos tenía acostumbrados, jugando al ratón y al gato, sino que ha actuado de verdad, a la vieja y macabra usanza: el cobarde tiro en la nuca que asegure su indemnidad. Tal vez porque esta vez querían asegurar el resultado y, desde luego, con total conocimiento de sus objetivos, que no deja de resultar significativo, a estas alturas. Lo que no ha cambiado es la condición de sus víctimas: una vez más, se trata de ejemplares cumplidores del deber, Raúl Centeno, fallecido, y Fernando Trapero, herido muy grave, que se jugaban la vida para librarnos de la lacra terrorista.

Soy hija, nieta, hermana, tía y sobrina de Guardias civiles, y fue un austero cuartel de este benemérito Cuerpo lo primero que vieron mis ojos al nacer, en aquella mi querida tierra vasca. Por ello se agolpan en mi mente y en mi alma tantos sentimientos de orgullo y de dolor contenido, pero también de repulsa –que no odio- hacia tanto miserable que nos rodea. Porque malditos y miserables son todos los asesinos terroristas que continúan golpeando nuestra patria. Pero, por desgracia, no son los únicos.

Miserables son todos aquellos grupos vascos de siglas cambiantes y esquivas que sostienen política y socialmente a la banda terrorista ETA. Quienes contribuyen con su apoyo, sus algaradas o sus recursos económicos al sostenimiento del entramado terrorista. Los que, con fondos públicos, mantienen o sustentan colectivos del entorno de ETA y alientan y fomentan el odio entre los niños y jóvenes vascos.

Miserables todos aquellos –y créanme que son muchos- que hoy se dan golpes de pecho por el atentado contra estos dos Guardias civiles pero durante largo tiempo sonrieron furtivamente o, cuando menos, se encogieron de hombros ante el asesinato de tantos Guardias civiles, ni mejores ni peores que los de ahora, que un día subieron al altar de los héroes.

Miserables, en fin, los que han obtenido, pretenden obtener ahora o buscarán en un futuro alcanzar algún tipo de rédito político con la sangre de un Guardia civil. Y en cambio, todos han merecido, como españoles, el derramamiento de hasta la última gota de la sangre de tantos servidores públicos que fueron fieles a lo que un día juraron.

Me consuela saber que su generosidad será recompensada en lo Alto, donde un nuevo tricornio negro luce desde hoy.

(María Dolores Martínez Sarralde - Cartas al Director de El País - 3/12/07)

UPyD y Ciudadanos, que apoyaron ayer las concentraciones promovidas por el Foro de Ermua en varias ciudades españoles para condenar el atentado de ETA, se han adherido a la manifestación de mañana martes en Madrid "Por la libertad y por la derrota de ETA".

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Este articulo esta muy recortado.

Anónimo dijo...

miserables es lo minimo que se puede decir de esa gentuza.

esperemos que mañana todo el mundo que se manifieste tenga en cuenta que lo importante es la derrota de eta y el gobierno empieze a tomar las decisiones adecuadas.

Anónimo dijo...

Así, SI

MISERABLES

Una vez más, la banda terrorista ETA ha actuado. En esta ocasión, no ha sido como ya nos tenía acostumbrados, jugando al ratón y al gato, sino que ha actuado de verdad, a la vieja y macabra usanza: el cobarde tiro en la nuca que asegure su indemnidad. Tal vez porque esta vez querían asegurar el resultado y, desde luego, con total conocimiento de sus objetivos, que no deja de resultar significativo, a estas alturas. Lo que no ha cambiado es la condición de sus víctimas: una vez más, se trata de ejemplares cumplidores del deber, Raúl Centeno, fallecido, y Fernando Trapero, herido muy grave, que se jugaban la vida para librarnos de la lacra terrorista.
Soy hija, nieta, hermana, tía y sobrina de Guardias civiles, y fue un austero cuartel de este benemérito Cuerpo lo primero que vieron mis ojos al nacer, en aquella mi querida tierra vasca. Por ello se agolpan en mi mente y en mi alma tantos sentimientos de orgullo y de dolor contenido, pero también de repulsa –que no odio- hacia tanto miserable que nos rodea. Porque malditos y miserables son todos los asesinos terroristas que continúan golpeando nuestra patria. Pero, por desgracia, no son los únicos.
Miserables son todos aquellos grupos vascos de siglas cambiantes y esquivas que sostienen política y socialmente a la banda terrorista ETA. Quienes contribuyen con su apoyo, sus algaradas o sus recursos económicos al sostenimiento del entramado terrorista. Los que, con fondos públicos, mantienen o sustentan colectivos del entorno de ETA y alientan y fomentan el odio entre los niños y jóvenes vascos.
Miserables todos aquellos –y créanme que son muchos- que hoy se dan golpes de pecho por el atentado contra estos dos Guardias civiles pero durante largo tiempo sonrieron furtivamente o, cuando menos, se encogieron de hombros ante el asesinato de tantos Guardias civiles, ni mejores ni peores que los de ahora, que un día subieron al altar de los héroes.
Miserables, en fin, los que han obtenido, pretenden obtener ahora o buscarán en un futuro alcanzar algún tipo de rédito político con la sangre de un Guardia civil. Y en cambio, todos han merecido, como españoles, el derramamiento de hasta la última gota de la sangre de tantos servidores públicos que fueron fieles a lo que un día juraron.
Me consuela saber que su generosidad será recompensada en lo Alto, donde un nuevo tricornio negro luce desde hoy.

Anónimo dijo...

muchas gracias.

se había colgado la carta tal como aparecía en elpais.com.

el equipo que elabora este blog desconocía que se trataba de una carta extractada.

ya está publicada en toda su extensión.

un saludo y de nuevo gracias

Anónimo dijo...

Gracias, conozco a la autora y creo que cobra más sentido estando la carta completa.
Enhorabuena por este magnífico Blog.